De los últimos años del neorrealismo debemos destacar a Pier Paolo Pasolini rodó El evangelio según San Mateo (1964), entre otras, siguiendo la tradición neorrealista, mientras que Federico Fellini, que ya había sido pionero en los inicios del movimiento , dio una visión mucho mas poética , como muestra La strada (1954), donde se centra en la soledad mostrada a través de las figuras de dos cómicos ambulantes, o la sátira de la decadente clase alta italiana de la mano del film La dolce vita (1960), para llegar en fases posteriores a una etapa mas con , Ocho y medio (1963) o Giulietta de los espíritus (1965).
También uno de los más polémicos directores de la década de 1960, Michelangelo Antonioni, emergió del movimiento neorrealista, como se puede percibir en Crónica de un amor (1950), La aventura (1960) o El desierto rojo (1964).
En los posteriores años setenta el cine italiano cambió hacia un constante debate sobre la situación política. Francesco Rosi rodó El caso Matei (1972)). Padre padrone (1977), de los hermanos Taviani, era un feroz ataque a la tiranía de un patrón. Ettore Scola, autor de Una mujer y tres hombres (1974), Brutos, sucios y malos (1975), Una jornada particular (1977), La sala de baile (1983) y Macarroni (1985).
Pero el cineasta más influyente de este período fue Bernardo Bertolucci, autor de El conformista (1971) y, sobre todo, Novecento (1976), una de las obras maestras del cine. Los viejos cineastas que comenzaron con el Neorrealismo cambiaron sus planteamientos estéticos. El toque lírico de Visconti lo encontramos en Muerte en Venecia (1971). El peculiar universo de Fellini, entre lo fantástico y lo onírico, lo vemos en Roma (1972) y Amarcord (1973). Antonioni seguía profundizando en el lenguaje cinematográfico como medio para mostrar la incomunicación y el silencio en Blow-up (1967) y El reportero (1974). El carácter esperpéntico de Marco Ferreri fue llevado hasta sus últimas consecuencias en La grande bouffe (1973). Pasolini insistía en las relaciones entre sexo y poder en El Decamerón (11971) y la espeluznante Saló (1975).
A partir de principios de los 50 el movimiento empieza a disgregarse porque los directores empiezan a hacer cine más intimo como por ejemplo es el caso de Visconti, con adaptaciones literarias: El Gatopardo, Rocco y sus hermanos...
También surgen nuevos directores: Fellini (Los inútiles), Antonioni (sus primeras películas aún tienen elementos neorrealistas, analiza los conflictos psicológicos de los personajes)...
Pero hay otras circunstancias que condicionarán el fin del movimiento:
-Italia es reconstruida, las cosas empiezan a mejorar. En 1949 llega al poder la democracia cristiana. El nuevo gobierno no ve bien algunas películas del movimiento. Se reconstruye Cinecitta.
-Se comienza a hacer un cine más comercial y con una producción a gran escala.
-Los historiadores ponen como fecha final del movimiento 1951, cuando De Sica hace Umberto D. Había trabajado con un guionista en todas sus películas, Zavattini. Intentaron llevar al máximo el postulado de seguir la vida de una persona. La película fue mal recibida por público y critica.
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